El bambú es uno de los recursos naturales más renovables e inagotables del planeta.

Su planta posee una velocidad de crecimiento muy rápida, produce un 35% más de oxígeno que otros árboles para una misma superficie cultivada y absorbe 5 veces más gases tóxicos que causan el efecto invernadero.  Se nutre de zonas montañosas inclinadas en las que es difícil cualquier otra vida vegetal y sólo bebe el agua que toma de la lluvia. 

No necesita replantación, sus raíces retienen el agua en la cuenca, colaborando en el mantenimiento de los márgenes de los ríos y reduciendo la contaminación del agua.

Una vez que una planta de bambú se corta para la cosecha, puede volver a crecer y seguir siendo cosechada anualmente sin necesidad de ser replantada.

Es de naturaleza resistente a enfermedades y plagas, por lo crece orgánicamente sin necesidad de utilizar pesticidas o fertilizantes.

 

 Bueno para ti  Bueno para el planeta.  

El tejido de bambú tiene controles térmicos naturales que permiten que la piel respire en climas cálidos y la mantiene caliente en climas fríos mejor que cualquier otro tejido. Permite la evaporación y seca rápidamente. Es antialérgica, más absorbente que el algodón y con la capacidad de bloquear los rayos Ultra Violetas. Su tacto es tan suave que incluso se compara con el tacto de la seda.

 

Naturalmente tiene un componente muy especial denominado Zhu Kun, un agente natural capaz de eliminar el olor corporal provocado por la sudoración y que otorga a la planta propiedades antibacterianas. Esta sustancia está presente incluso cuando las fibras se transforman en tejido. Es también anti-hongos y contienen micro-lagunas que proporcionan una excelente ventilación. 

Maria Malo